Integrando en un Sistema de Gestión de Carreteras la información obtenida de sistemas y fuentes meteorológicas (III)


En la actualidad, la obtención de datos meteorológicos se utiliza combinando tanto fuentes y servicios públicos (AEMET), como la información obtenida de estaciones meteorológicas implantadas, o de sensores térmicos.

Un sistema óptimo debe mostrar al gestor de la carretera toda la información pública existente, filtrada por la carretera o PK deseado, así como los datos (bien tratados) que ofrecen sus propios sistemas:

  • Estaciones meteorológicas fijas (o móviles):
    • Se deben visualizar en tiempo real de diferentes parámetros meteorológicos (temperaturas ambientales y de suelo, velocidad del viento y de rachas de viento, humedad ambiental y del asfalto, punto de rocío, cantidad de lluvia o nieve, presión atmosférica, etcétera) que ofrecen estas estaciones. De esta manera, el gestor se puede anticipar a posibles problemas.
    • Todos estos datos, además, deben ser almacenados para poder ofrecer series históricas, o cualquier información que resulte de interés al gestor.
  • Sensores de asfalto:
    • La limitación de las estaciones meteorológicas fijas es que la información que proporcionan se restringe a las inmediaciones del punto en el que están instalados. En numerosas ocasiones se necesita cubrir zonas más extensas (un puerto de montaña, un viaducto) en las que no hay un solo punto de peligro, sino que hay muchos puntos delicados espaciados entre sí, que sería conveniente monitorizar. Poner un equipamiento complejo en cada uno de estos puntos supondría un coste inasumible.
    • Una forma de superar esta limitación es tender hacía sistemas distribuidos que, manteniendo una gestión unificada, permitan el despliegue de múltiples dispositivos de medida, más sencillos y especializados, a lo largo de la calzada.
    • En un sistema basado en redes sensoriales como el que vemos en la imagen que acompaña el artículo, el gestor puede cubrir con puntos de lectura de datos todas las zonas susceptibles de ser peligrosas, como sombras o curvas, permitiendo detectar situaciones potencialmente peligrosas con mayor precisión. Con un sistema de estas características pueden cubrirse tramos de carretera de varios kilómetros de longitud.
    • Cada nodo sensorial posee sensores de presión, humedad ambiental, temperatura ambiente, y sensor de condensación. Con estos datos es posible predecir la aparición de hielo o humedad en la carretera, información que se debe ofrecer al gestor de una forma visual y cómoda para su consulta.