¿Veremos pronto el uso de drones para la gestión de la Conservación Ordinaria?


En la actualidad, hay varias tendencias en el mundo de la tecnología que están pegando fuerte dadas sus posibilidades. Una de ellas es la impresión en 3D, con muchas utilidades (y más que aparecen todas las semanas), y otras son los drones. Los drones son vehículos aéreos no tripulados, y si bien surgieron en su día con vistas al uso militar, hoy en día su precio ha descendido para muchos de sus modelos y se está aplicando con éxito en muchos campos de la vida cotidiana.

La aplicación más común de los drones no militares es la cartografía, ya que pueden tener incorporadas cámaras de alta resolución capaces de crear ortofotos y modelos de elevación del terreno en alta resolución. Sin embargo, su capacidad de poder acceder a zonas donde de otra manera sería casi imposible o muy costoso es un punto a favor para encontrarles otros usos muy interesantes (como por ejemplo el control urbanístico, supervisión de obras o el seguimiento de incendios)

En el caso de la Conservación Ordinaria, existen sistemas como SmartRoads que, dado un inventariado de elementos, de forma periódica se requiere hacer inspecciones de dichos elementos. Muchos de estos elementos (por ejemplo, señalización vertical, sistemas de contención, etcétera) suelen ser accesibles fácilmente, pero hay otros, como grandes estructuras (puentes) y pequeñas obras de fábrica que requieren, para hacer una inspección completa, grandes esfuerzos económicos (ya que requieren instalación de andamiaje o la contratación de especialistas en trabajo vertical).

Estos costes hacen que en muchas ocasiones las inspecciones no se realicen de la manera correcta o con la suficiente calidad, y es aquí donde nacen las posibilidades de los drones. Los drones, controlados por un piloto experto, son capaces de sobrevolar dichas estructuras, acercarse a puntos que se deben inspeccionar, y tomar fotografías o vídeos en tiempo real, que los inspectores podrán utilizar para realizar las inspecciones de forma completa. De esta forma, el tiempo de inspección se ve reducido notablemente, sin poner en riesgo ninguna vida, y se garantiza el correcto estado de las estructuras inspeccionadas.